Expropiación y apropiación

Escritura escatológica


Sentado a la mesa, cualquier comensal podría tomarse el tiempo de disfrutar todo el plato, o ser selectivo y morder solo alguna parte, hacienda a un lado el resto. Con los autores pasa lo mismo, de algunos se decide solamente expropiar algunos fragmentos que resultan útiles, distorsionándolos inevitablemente, y en otros se toma uno más tiempo para expropiarles mayores cantidades de sus obras.

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Es posible creer que no hay pensamiento sin agente, de modo que quien escribe expropia y se re-apropia; en la expropiación se opera una destrucción, no se da como un bien que pasa de una mano a otra, sino que el acto mismo de expropiación del pensamiento constituye en sí mismo la aniquilación de una forma configurada del pensamiento en A o en B y cuyos componentes se reabsorben en una nueva configuración agenciado por quien se lo re-apropia. De ahí también se entiende que no es suficiente con repetir o copiar un pensamiento para asimilarlo, es necesario masticarlo al menos un poco para que le aproveche al cuerpo; pero a veces me permitiré repetir frases de alguien, traducidas acertadamente o no, y usarlas literalmente como una proposición que me encaja en mi composición.

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En el examen coprológico el especialista infiere lo que ha comido el paciente. Pero lo excretado luce diferente a la comida. El comer es la destrucción de la comida como el escribir es la expropiación del pensamiento; pero en otra forma, comer es alimentarse de comida como escribir es apropiarse del pensamiento. De cualquiera de los dos modos, es evidente que hay un proceso de des-composición del pensamiento. Puede que escribir sea como excretar; si la nutrición es buena, lo esencial se reconfigura en el cuerpo, mientras se desecha el resto, en forma de letras. Evidentemente, no es mi intención hablar aquí de un tema que ignoro por completo, pero que me es tan familiar y cotidiano, dado mi ser cuerpo con sus funciones fisiológicas; más bien, mostrar que la escritura puede tener dos movimientos, justamente el de expulsar y retener. A veces cuando escribo solo expulso, para limpiar mi mente, deshacerme de algo de basura; pero a veces escribiendo retengo, en lucha contra el olvido, atesoro pensamientos, los decoro, los organizo, vuelvo sobre ellos, haciendo que la mierda luzca como una especie de arte, mundus inmundo.


Pensar precedido por el pensamiento
Breve tratado escatológico




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