El demonio de la política
La historia del pensamiento filosófico ha producido una gran cantidad de expresiones e ideas que han servido de banderín a la más diversa variedad de ideologías e intenciones. Es curioso observar cómo una frase, arrancada de algún pensamiento filosófico, sirve a intereses simultáneamente opuestos. En la mayoría de los casos, lo olvidado, lo dejado a un lado, es el contexto de producción del pensamiento que daba el sentido a la frase. Por mi parte, no veo inconveniente en operar este tipo de desarraigos; de convertir en eslogan algunas frases, aunque se vacíen de todo sentido. Lo que considero problemático es no asumir el desarraigo y desconocer, ingenua o deliberadamente, que la frase ha perdido sus vínculos, que se ha vaciado de su sentido, incluso de su época; y que es, fácilmente, presa de la ideología de turno que le otorga nuevos sentidos, a veces contrapuestos entre sí, y generalmente irreconciliables con el contexto de arraigo inicial. No es mi intención ...