Letanías de un viajero


Letanías de un viajero

Si fenece, la fermosura dél.
Qué es lo que llaman idiotez:
“rey de los hidalgos y señor de los tristes”   

Significado: póstumo. Escucha las cuerdas, no son cuerdas es un sintetizador. El hombre del sombrero va y nadie lo quiere escuchar, su guitarra y su aspecto generan temor, pero su historia es la de los cuchillos de un vendedor de 1800 algo, y las armas de los ingleses en el barrio inglés de la capital. Su canción es la que suena en este instante, evocando una mañana con el sol radiante, tras una noche donde los fantasmas avanzaron a lo más profundo, mucho después de leer las mariposas que volaban en el vientre, el camino de damasco nos era extraño, un día lo sentimos propio, pero pronto advertimos que se había muerto. Así transcurrió la noche, para despertar sin la angustia y caminar hacia el horrible destino. Y fue allí cuando de la nada apareció, queriendo entonar su canción, con su aspecto andrajoso. Que no exista el espacio tan recientemente inventado por los escribanos. Veo el suelo roto y los ángeles llorando, su mano interrumpe el vibrar difícil de las cuerdas para hacer la traducción y salvar al inocente de una mala interpretación. Naturalmente nada llega a su fin pues primero se ha acabado el camino, entonces aparece su gran repertorio de fantasmas: las armas, los cuchillos del pasado siglo.

Pasa el andrajoso carruaje y nos rapta hacia nuestro destino, mientras el destino extraño y familiar desaparece tras las ventanas. La memoria se pierde, sólo hay fragmentos de imágenes; divad en su muerte está. Las risas y los gritos inocentes, el dinero, el hambre: renace el arco iris amarillo: quiénes lo vieron: sólo quienes escucharon la guitarra. Alimentados por la stofa, el tradicional café de la noche y el espíritu de las estrellas que les guiaban inocentemente hacia la muerte: la destrucción mutua. 

Cambio de tercio: si quieres entender  la voluntad de Eseméuq Yesael bajo el rito del pensador de la stofa divina, haz de tomar el agua sin beberla o seguir las rutas de salomón en el río. Si todos bajan entonces él sube, y sí el horizonte es el oriente, habrá que llegar por las américas. Pero ahora su voluntad ya no es la mía y sólo puede ser la tuya. A no ser que se junten dos posibilidades, según la profecía icónica, y entre los ojos se encienda la stofa: entonces sea por transposición su voluntad. Así, si muere quedará en el espíritu que no nos pertenece, que es inerte y depende de la naturaleza. Profetes relinquere: agua caminando, bajo la obscuridad de la noche, iluminados por el fuego; tu rostro acariciando y tu piel sintiendo deslizarse entre mis dedos; la naturaleza suena y el espíritu aviva el centro: Circularidad perfecta hasta que la noche muera.
                                                                                                               

M. López de Santana 

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